Es normal que un día tu pequeño devore todo lo que esté a su alcance y al día siguiente ni siquiera le haga caso a la comida. 

El peso de tu bebé al nacer aumenta al triple durante su primer año de vida, pero el peso de un niño aumenta menos de una cuarta parte entre el primer y el segundo año, así que el consumo de energía para estimular el crecimiento es menos urgente.

No pasa nada si su apetito disminuye, siempre y cuando consuma un promedio de 1,000 calorías al día.

Las necesidades nutricionales de tu bebé pueden ser variadas a comparación de las de otros pequeños, ya que dependen de su tipo de desarrollo, peso, medidas y de su grado de actividad; una visita al doctor podrá ayudarte a salir de dudas.

Entre los alimentos que puedes darle a tu bebé para que mantenga una dieta adecuada y balanceada se encuentran:

  • Leche, queso y yogurt, además otros alimentos lácteos ricos en calcio.
  • Dale de tu comida pero molida o bien cortada en trocitos pequeños para no causar accidentes.
  • Cereales enriquecidos con hierro cómo arroz, cebada, trigo, avena, cereales mixtos, pan de trigo integral y pasta.
  • Frutas como melón, papaya, durazno, toronja (ya puedes darle frutas cítricas), y verduras cómo brócoli y coliflor.
  • Alimentos altos en grasas y azúcares como lo son el aceite, la mantequilla, el pan y las galletas. Aunque aportan energía, contienen cantidades relativamente bajas de vitaminas y minerales. Por eso es mejor no abusar de ellos.
  • Proteínas: huevo, carne, pollo o pescado sin espinas, cortados en trocitos muy pequeños o molidos, tofu, frijoles y mantequilla de maní.
  • Jugo de frutas cítricas y no cítricas.

También podrás experimentar dándole una comida más completa, que conste de un primer plato (puré de verduras, sopas, etc.), un segundo (carnes, huevo, etc.) y un postre ( yogurt, fruta, etc.).

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