El sistema inmune de un bebé con APLV identifica a la proteína en la leche de vaca como dañina para el organismo y desencadena una reacción alérgica. Esto provoca síntomas que pueden presentarse nada más consumir un alimento que contiene proteínas de leche de vaca (entre unos minutos y unas horas) o que pueden tardar entre unas horas y unos días en desarrollarse. Los síntomas varían entre individuos y en intensidad, pero se pueden incluir problemas cutáneos (como erupción o eccema que producen picazón), problemas digestivos (como dolor abdominal, deposiciones frecuentes con sangre o moco, o estreñimiento), síntomas similares a los de la rinitis (como estornudos y moqueo).

El tipo de APLV que tiene un bebé se clasifica en función de la forma en que el sistema inmune reaccione a las proteínas de la leche de vaca. La APLV puede estar mediada por la inmunoglobulina IgE, no mediada por IgE, o una combinación de ambas. Puedes leer más información sobre esto en la página distintos tipos de APLV.

La APLV se puede confundir con el cólico del lactante o con intolerancia a la lactosa, pero no son lo mismo, es por ello que si sospechas que tu hijo tiene APLV debes consular con un especialista, quien hará las pruebas pertinentes para el diagnóstico. Descubre más información sobre las diferencias en las páginas APLV vs cólico del lactante y APLV vs intolerancia a la lactosa. La APLV es la alergia alimentaria más frecuente en menores de 3 años2. Afecta a entre el 2% y el 7,5 % de los bebés, tanto los que toman el pecho como los que toman leche de fórmula.1 La buena noticia es que la APLV desaparece en más de las tres cuartas partes de los bebés cuando estos crecen y pueden retomar una dieta normal2.

Bibliografía
1. Vandenplas Y et al. Arch Dis Child 2007;92:902–908..
2. Koletzko S et al. J Paediatr Gastroenterol Nutr 2012;55:221–229.
 
 
 
 
 
 

La leche materna es el mejor alimento para los lactantes y debe ser la opción preferida siempre que sea posible. La lactancia materna contribuye con la salud y con una nutrición que estimula el crecimiento y desarrollo saludable del niño. A una madre puede resultarle muy difícil revertir su decisión de alimentar a su hijo con preparaciones para lactantes. La alimentación parcial con preparaciones puede dificultar el comienzo de la lactancia materna. La lactancia materna impone exigencias dietarías adicionales a las madres que están dirigidas a asegurar una calidad y cantidad adecuadas de leche para sus bebés. Las preparaciones para lactantes, cuando son utilizadas debidamente, proporcionan una alternativa saludable y nutritiva para la leche materna. La preparación incorrecta y el almacenamiento deficiente de las preparaciones pueden ocasionar peligros para la salud y causarle al niño desnutrición o enfermedades; por consiguiente, lea y siga cuidadosamente las instrucciones de preparación y almacenamiento. Al decidir cómo alimentar a su bebé, siempre siga el consejo profesional y tome en cuenta el costo de las preparaciones.